Posiblemente tres de las industrias de mayor crecimiento en los últimos años estén camino a vivir una consolidación respecto de la relación entre ellas. Sin lugar a dudas, el blockchain, el esports betting y los esports han tenido crecimientos exponenciales en los últimos dos años a nivel global, siendo los que mejor atravesaron el confinamiento y la pandemia por Covid-19.
El blockchain se ganó su lugar a base de una cada vez mayor adopción por parte de los usuarios, mayormente jóvenes, de las criptomonedas a la hora de manejar su dinero. En el caso de Latinoamérica, además, su presencia se profundizó como una alternativa para el cobro, pago y movimiento de divisas, en su mayoría extranjeras. A los vaivenes lógicos de algo nuevo, se sumaron los que fueron fruto de la especulación y de la mano de los grandes “influencers” de blockchain y criptomonedas, como Elon Musk. No podremos explicarlo en detalle aquí, pero el blockchain es una suerte de distribución de listas digitales de transacciones conectadas entre sí a través de criptografía, que es verificada por un gran número de usuarios de la red de criptomonedas, que son una suerte de moneda digital.
Los esports, por su parte, fueron la opción de muchos a la hora de consumir contenido durante el confinamiento ya que se mantuvieron activos cuando el deporte en general y los espectáculos tuvieron que parar. A su vez, la audiencia que ya estaba en los esports tuvo una suerte de validación por parte del resto de las personas al conocer y entender una actividad que pasó a ser el gran objetivo de marcas y medios a la hora de llegar a esa audiencia tan deseada y, por entonces, tan ajena a ellos.
Esa misma continuidad de actividades que tuvieron los esports durante el confinamiento posicionó a ese sector dentro del mundo del betting. Si bien varias empresas llevan años ya vinculadas al sector de los esports, prácticamente todos los operadores y proveedores tuvieron que volcarse a una actividad que se mantuvo en movimiento cuando el deporte tradicional tuvo que parar. Y de ahí en adelante, la relación entre ambos creció.
Posiblemente 2021 haya sido el año en el que la relación entre esports y blockchain comenzó a profundizarse. El motivo es claro: la audiencia y los usuarios de ambas industrias son casi idénticas. Estamos hablando de las nuevas generaciones, nativas digitales y conocedoras de la tecnología, que entienden claramente lo que pasa y que encuentran en las criptomonedas y los esports la mejor alternativa para sus necesidades, alejadas de lo tradicional, tanto medios como banca.
Es por esto que no sorprende que cada vez más empresas relacionadas a las criptomonedas decidan invertir en los esports. Sin lugar a dudas, el caso más resonante es el del exchanger de criptomonedas FTX y el club TeamSoloMid, quienes firmaron un acuerdo por 10 años y nada menos que 210 millones de dólares. A partir del mismo, el nombre del club es ahora TSM FTX, aún cuando inicialmente no podían utilizarlo en juegos de la desarrolladora Riot Games, como League of Legends o Valorant.
Otro caso relevante de partnership entre estas dos industrias es el anunciado por uno de los clubes de esports más importantes del mundo, Fnatic. La organización inglesa dio a conocer un acuerdo por 5 años y nada menos que 15 millones de dólares con otro exchanger de criptomonedas, Crypto.com, firma que ya viene patrocinando a entidades como el Paris Saint Germain, la Formula 1 o la UFC, entre otros. Otro gran actor es Coinbase, también exchanger de criptomonedas, que ya se vinculó en el mundo de los esports a clubes como BIG o Evil Geniuses y a organizaciones como ESL o BLAST Premier. Incluso, empresas vinculadas a las criptomonedas como método de pago como Cryptoprocessing by CoinsPaid y AstroPay ya se metieron de lleno en los esports.
Esa suerte de restricción que tenía Riot Games y aún hoy sostienen otras desarrolladoras, se espera que vaya camino a reducirse a medida que se vaya popularizando la verdadera naturaleza del blockchain y las criptomonedas. Es más, la empresa detrás de League of Legends y Valorant ya lo eliminó y justamente sumó a FTX como patrocinador para la Liga Norteamericana de LoL (LCS). Es que seguramente varias de ellas encuentren en el propio blockchain un nuevo y suculento negocio, vinculado a los NFT, o token no fungible. Resulta sorprendente ver la cantidad de empresas relacionadas al entretenimiento que ya están conformando sectores internos en sus estructuras para trabajar en NFTs coleccionables, como lo hiciera casi de manera pionera el club G2 Esports o como dejara en claro Electronic Arts a sus accionistas al decirles que los NFT son el futuro de la industria de los videojuegos. Los NFT son una suerte de objetos coleccionables digitales que tienen valor a partir de su originalidad, la cual está grabada en el blockchain.
Un paso más allá incluso están los videojuegos basados en blockchain y NFT. Seguramente, el caso más rutilante de los juegos “play to earn” sea el de Axie Infinity, el primero en llegar al mainstream y del que hoy habla todo el mundo. Incluso, este tipo de juegos ya tiene competiciones oficiales, como la propia de Axie Infinity que otorga 25 mil dólares de premio. Claro está, todo el dinero que se mueve dentro del juego (ya sea para ingresar, como en el progreso y hasta en los premios competitivos) se maneja en criptomonedas.
Volviendo al tema de la restricción por parte de desarrolladoras, quizás el escenario más difícil lo viene atravesando la industria del esports betting. Hasta ahora, Counter-Strike: Global Offensive es el esport que logró atraer a más marcas, ya que su desarrolladora (Valve) no tiene limitaciones al respecto. Betway es, posiblemente, el caso más destacado ya que patrocina a clubes como BIG, Ninjas in Pyjamas, MIBR o Natus Vincere y organizaciones como BLAST Premier. Con restricciones y todo, los operadores pueden libremente ofrecer a sus usuarios la posibilidad de apostar en juegos de Riot Games como League of Legends o Valorant.
La participación de empresas del betting dentro de la industria de los esports es aún más amplia. Rivalry nació como un operador enfocado primordialmente en los esports, más allá de ofrecer apuestas en deporte tradicional. Incluso, acaba de anunciar un patrocinio de BOOM Esports, una organización indonesia que cuenta con un fuerte equipo de CS:GO en Brasil. Pinnacle, por su parte, basa su estrategia de conexión con los esports organizando sus propias competencias. La Pinnacle Cup II de CS:GO, con 100 mil dólares en premios, la organiza la operadora junto GRID, un proveedor enfocado 100% en esports. Entre los proveedores, también tienen una fuerte presencia empresas como Abios, Mobadoo y Bayes.
Se viene un 2022 repleto de desafíos para las industrias del blockchain, el esports betting y los esports; un año en el que se espera que la relación entre ellas se afiance y se consolide. Incluso el metaverso asoma para meterse en la conversación. Los diferentes actores y los propios usuarios ya parecen estar maduros y seguros de estar conectados entre sí y restará ver cómo se juegan las fichas para saber si todo se da de la manera esperada. El crecimiento parece asegurado.