La industria de los esports lleva muchos años de crecimiento y, en los últimos dos en particular, una explosión no solo a nivel global sino particularmente en Latinoamérica. Suena ya repetitivo, pero no por eso deja de ser verdad que la pandemia de Covid-19 fue un empujón fenomenal a una actividad que ya reunía a una grandísima audiencia y que se mantuvo activa cuando el resto del entretenimiento tuvo que parar.
Este crecimiento en Latinoamérica logró que se repitiera el escenario que se vivía en regiones más evolucionadas, como Norteamérica y Europa. Cada vez más marcas no endémicas se fueron sumando a la propuesta, nuevos clubes fueron apareciendo y más competiciones se fueron sumando a un ecosistema que ya estaba exigiendo mayor profesionalización.
En Argentina, el panorama no solo es similar al del resto de la región, sino que es claramente uno de los países con un sector más afianzado. Es innegable que la participación de deportistas reconocidos formando sus propios clubes empujaron mucho, pero siempre apalancado en clubes históricos. El caso más resonante, sin dudas, es el de Sergio “Kun” Agüero y su KRÜ Esports, club que llegó a ser protagonista en el Mundial de Valorant. También se sumaron Juan Sebastián Verón con eBRO, los tenistas Diego Schwartzmann con Stone y Guillermo Coria con New Pampas y el ex basquetbolista Fabricio Oberto, quien fue pionero con New Indians.
Ligando esto con los clubes tradicionales, el futbolista de la Juventus Paulo Dybala es hoy accionista de Furious Gaming, uno de las organizaciones prócer de los deportes electrónicos en Argentina. El otro gigante albiceleste, es Isurus, que viene animando la escena latinoamericana hace años. Además de ellos dos, nombres como 9z Team, Malvinas Gaming, Leviatán y Nocturns Gaming, entre otros tantos.
Como si esto fuera poco, clubes tradicionales de fútbol ya están presente en la escena competitiva argentina. No solamente, como podría pensarse, participando en torneos de juegos como EA Sports FIFA. Boca y River compiten hace tiempo en las principales ligas de juegos como League of Legends y Counter-Strike: Global Offensive, los dos esports más populares a nivel mundial. Racing, Independiente y San Lorenzo, también tienen una fuerte actividad a nivel nacional.
El presente de los clubes en Argentina está en su momento de mayor profesionalismo, tanto a nivel estructural, en el manejo de los equipos competitivos y en el trabajo de marketing y comunicación, que es lo que agranda un negocio en constante crecimiento y que viene generando un interés cada vez mayor de marcas no endémicas. 9z Team (equipo fundado por el streamer Frankkaster) cuenta con el exchanger de criptomonedas Lemon como principal patrocinador. Isurus y Leviatán tienen a Flow por detrás, mientras que Furious sumó hace un par de años a Motorola. New Pampas pasó a llamarse Ualá Pampas con el apoyo de esa compañía y también tiene a Adidas como partner técnico. Stone, por su parte, tiene a Movistar como naming partner y también lo acompañan marcas como Motorola, Ank, Fila, Noblex y Swiss Medical.
El crecimiento de los clubes no es el único que afianzó la escena, sino que también ayudó y mucho la profesionalización de las competencias. La llegada de la Liga de Videojuegos Profesional (LVP) a Argentina elevó los estándares para competencias de LoL y CS:GO. También llegó la FiReLEAGUE de CS:GO a traer mayor competencia y cupos clasificatorios para torneos internacionales. Incluso, el inicio de la eSuperliga de FIFA, con participación de la mayoría de los clubes, tuvo un gran impacto. Incluso eventos como Argentina Game Show y la recientemente anunciada Gamergy suman y mucho al “ruido” de los esports en el país.
El posicionamiento comercial de los esports en Argentina está claro y cada vez más firme, pero ¿cuál es el lugar que tiene la industria del betting respecto a los deportes electrónicos en ese país? Actualmente, gran parte de las compañías relacionadas con el betting son parte de los esports en el mundo, mayormente en juegos como CS:GO, donde su desarrollador no pone ninguna traba. Por el momento, Riot Games (empresa detrás de League of Legends y Valoran, entre otros) no permite la vinculación de empresas del sector. El caso más importante en Argentina es hasta ahora el de BetUs, que fue patrocinador del equipo de CS:GO de Isurus hace un año.
Para la industria del betting, el contexto actual en Argentina pareciera ser el mejor histórico, por toda la profesionalización explicada antes, que hace que todo el trabajo relacionado con integridad deportiva sea hoy extremadamente exitoso. Pensar en amaño en los partidos de los primeros clubes del país parece sonar imposible. Además, la realidad financiera y cambiaria del país y sus empresas permite pensar en un patrocinio más que accesible por parte de empresas multinacionales, que tendrán como retorno un trabajo de los más profesionales a nivel compromiso, visibilidad y creación de contenido asociado.
Los esports en Argentina están más maduros que nunca y son, sin lugar a dudas, una industria que hoy disfruta de su robustez y seriedad. Con cada vez más marcas endémicas y no endémicas siendo parte de una actividad que tiene a una audiencia gigante y reacia de los medios tradicionales, pareciera casi una obligación para las empresas de betting (una actividad hoy por hoy igual de digital y con audiencias compartidas) sumarse y ser parte de algo que sigue creciendo.